La Democracia, la cual según Sartori (1998) es un sistema político llamado a resolver problemas de ejercicio del poder; con un principio de legitimidad y un ideal, en el cual dicha democracia se debe empezar a construir desde los primeros años de vida del niño en que asiste a las instituciones escolares.
En este orden de ideas, es la herramienta del estado, utilizada para hacer vivencial dicha democracia desde unos ambientes de aprendizaje caracterizados por la autonomía, la participación, el respeto de los derechos humanos, la construcción de identidad y de sentido local, regional y nacional, y el afianzamiento de valores hacia una convivencia pacífica.
Por lo anterior, la educación es un elemento fundamental al momento de querer formar ciudadanos capaces de participar de forma autónoma, justa y responsable en los procesos democráticos, esto exige que se fomente una cultura política que potencie la participación ciudadana, el respeto por la persona y por ende a sus derechos, al igual que el respeto por las diferencias culturales y por las minorías, la tolerancia, la responsabilidad, la justicia social y económica, la libertad; para ello se requiere dinamizar los principios que dan forma a la democracia, sus evolución histórica, sus valores, los mecanismos de participación con que se cuenta para involucrarse y participar de los asuntos públicos y lograr de esta forma con la enseñanza, el aprendizaje de estos valores y su práctica el proyecto de país que hoy tanto anhelamos